Acomódate en el hueco de mi espalda
y vigila mis pasitos por la vida,
necesito ese aliento que refresque,
esa brisa que me alivie los sentidos.
Necesito el contacto de tus manos
en mi cuerpo,
el calor, agradecido, de tu pecho
en mis espaldas
y, las dulces palabras de tu boca,
que me digan mil susurros en silencio.
Acomódate amor y no me dejes,
necesito esa costilla que me falta,
esa sangre y esa fuerza que tú tienes,
esos nervios que me digan que adelante,
ese dulce escalofrío de tu pecho,
los latidos de tu alma,
los que marquen y persigan
a mis pasos vigilantes.
Teseo ©
03/10/08