sábado, octubre 11, 2008

AQUELLA TARDE LLOVIA



Aquella tarde llovía,
cuando me diste tu mano,
yo la tomé sorprendido
mirando tus ojos pardos.

Tú me miraste a los ojos
buscando en ellos un faro,
quizás la luz que pedías
y que buscabas en vano.

Pero mis ojos llovían
también, con agua de llanto,
eran las gotas saladas
de unas lágrimas rogando.

Teseo ©
10/10/08