Creo que no merece la pena preocuparse,
ya que la vida es una caja de sorpresas.
Entonces, si buscamos en la misma,
si revolvemos en sus trapos y papeles,
en los cientos de objetos que allí duermen,
quizás encontraremos lo perdido,
aquello que soñamos,
lo que un día olvidamos sin pensarlo,
el juguete llamativo y colorido,
la postal que dibujamos una tarde,
el escrito que salió de nuestros dedos
impulsado por aquel algo que aleteaba
en nuestros corazónes.
Quizás en esa caja abandonada
se encuentren las quimeras e ilusiones
de una infancia.
Quizás no sea tarde para desempolvar
los viejos soldaditos y juguetes
y abandonarnos, por un rato,
para hacer renovar la fantasía
ya olvidada.
Por eso me decía, hace un rato,
que no merece la pena preocuparse.
Que la vida tiene tanto en sus alforjas,
tanta vida, tantos sueños, tanta hambre...
Que volvemos a la caja abandonada,
a esa caja de sorpresas, polvorienta
del desván.
Teseo ©
19/10/08