Hay una luna muy blanca
llorándo lágrimas negras,
no sé que irritan sus ojos
ni sus pestañas altera.
Yo sé que quedé mirando
esa lunita lunera,
sintiendo vibrar mi alma
con las lágrimas que deja.
Pues sus lágrimas saladas,
bajan aquí, a la tierra,
con su carga de misterio
a dejarme lo que llevan.
Teseo ©
28/08/08