Hoy han vuelto de nuevo las nieblas
a cubrir con sus gasas los campos,
a dejar en los pechos suspiros,
a besar el azul del verano.
Han venido de forma anodina
sin tambor, ni trompeta, ni cantos,
descendiendo del mar de los cielos,
a los muelles que guardan los barcos.
Es muy grande el misterio que ocultan
de ese rostro quizás, tan preciado,
pues no dejan que asome sus ojos
ni tampoco que vea sus labios.
Teseo ©
18/08/08