Hay un vuelo de miedo y de silencio
mientras tiemblan los cuerpos y las almas,
es un soplo de viento misterioso
el que cubre los pueblos y las casas.
Pero el miedo se viste de persona
y el silencio se queda sin coartada,
¡tengo miedo, lo sé y lo reconozco!,
es un grito al silencio que se marcha.
Es un grito a la vida mal vivida,
a esos cultos y altares del mañana,
a ese miedo, quizás irreverente,
a ese cirio con llama que se apaga.
Teseo ©
19/08/08