Bajarían los dioses a la tierra
a dejar unas perlas de su manto,
unas gotas alegres de esperanza
en las liras y flores de alabastro.
Quedarían los hombres satisfechos
elevando a los cielos bellos cantos,
comenzando el camino de la vida
con su esfuerzo, sudores y trabajo.
Hasta aquí, nuestra historia y la leyenda,
la que cuentan poetas y los sabios,
más la vida es la vida simplemente,
y en la misma sufrimos desengaños.
Teseo ©
16/10/08