Venir a saludar con un suspiro,
dejar una sonrisa encantadora,
tomar el beso fresco de tus labios,
cortar la flor alegre, tan hermosa...
Venir como llegaron los valientes,
rompiendo tantas olas con sus proas,
sacando de sus pechos los suspiros,
brindando con el vino de sus copas.
Dejaron con sus llantos las sonrisas
regaron con sus lágrimas las hojas,
de rosas, margaritas y camelias
perdidas en el tiempo y en las horas.
Tomaron ese beso y el deseo,
temblando como alegres mariposas,
volaron a regiones infinitas
y fueron a dormir entre las sombras.
Cortaron de raiz las ilusiones,
segaron esperanzas y amapolas,
aquellas que nacieron en los pechos,
en almas que portaban sus antorchas.
Teseo ©
15/10/08